40. Me han robado la cartera
¡Hola, ratillas! No hablamos de nuestros politicos. Hablamos de esa especie que tiene por hábitat las multitudes, especialmente transporte público, centros comerciales, espectáculos y ocio nocturno. Van a la caza del descuido y, en cuestión de segundos, convierten nuestro planazo en un día para olvidar. Te distraen haciendo que mires a otro lado, te cierran el paso al entrar en el Metro para que, al forcejear para meterte, quites la mano del bolso y la metan ellos; te abren la cremallera de la mochila sin que te enteres,... o te lo rajan. Lo primero, ¿cómo podemos minimizar el riesgo? 1. No dejándola a la vista, o dejándola cerrada con llave. Suena obvio, pero ¿qué hacemos en piscinas y gimnasios? ¿Y al aire libre? ¿Y en el coche? A un ratilla le va a fastidiar pagar por una taquilla, pero siempre va a ser mejor que quedarse sin cartera. 2. No separarse de ella. También parece de perogrullo, pero cuando viajamos, no debemos llevarla en el equipaje que vaya en bodega. Y tampo...