40. Me han robado la cartera

 ¡Hola, ratillas! 

No hablamos de nuestros politicos. Hablamos de esa especie que tiene por hábitat las multitudes, especialmente transporte público, centros comerciales, espectáculos y ocio nocturno. Van a la caza del descuido y, en cuestión de segundos, convierten nuestro planazo en un día para olvidar. Te distraen haciendo que mires a otro lado, te cierran el paso al entrar en el Metro para que, al forcejear para meterte, quites la mano del bolso y la metan ellos; te abren la cremallera de la mochila sin que te enteres,... o te lo rajan.

Lo primero, ¿cómo podemos minimizar el riesgo?

1. No dejándola a la vista, o dejándola cerrada con llave. Suena obvio, pero ¿qué hacemos en piscinas y gimnasios? ¿Y al aire libre? ¿Y en el coche? A un ratilla le va a fastidiar pagar por una taquilla, pero siempre va a ser mejor que quedarse sin cartera.

2. No separarse de ella. También parece de perogrullo, pero cuando viajamos, no debemos llevarla en el equipaje que vaya en bodega. Y tampoco en la mochila o bolso que vaya en el compartimento superior. Ni soltar el bolso cuando vamos de fiesta.

3. Si va en la mochila, que no nos vean sacarla. Y que vaya en un bolsillo interior.

4. No dejar bolsos o mochilas colgados de las sillas en restaurantes. 

5. Llevar lo mínimo. Si no vas al extranjero, no te lleves la tarjeta sanitaria europea; si no vas a conducir, no te lleves el carné. Si no vas de compras, lleva el dinero justo, y deja en casa la tarjeta de crédito. Así les interesas menos.

Pero si con estas precauciones, aun así un "profesional" ha sido muy hábil y se ha salido con la suya, esto es lo que debes hacer, y por este orden:

1. Anular todas las tarjetas que llevabas, en el momento en que te des cuenta. Busca en Google "anular tarjeta teléfono", y llama al de tu entidad. Atienden 24h. Las prisas son para evitar que hagan movimientos con tu tarjeta.

2. Denunciar el robo/hurto/extravío en la Comisaría de Policía Nacional más cercana, inmediatamente después. También atienden 24h. Sin eso, no puedes renovar tarjetas ni otros documentos. Y sobre todo, cualquiera con tu DNI puede hacer contratos fraudulentos online. Si no has denunciado el extravío, puede haber cargos contra ti mientras no se descubra la verdadera identidad del autor. Con tu denuncia, te descargas de cualquier delito que otro pueda cometer con tu DNI. Si estás fuera de España, llama a la Embajada o Consulado, y sigue sus instrucciones. Debes indicar todo lo que había en la cartera, bolso o equipaje robado, por si apareciera. 

3. Pedir cita para renovar el DNI. Cuanto antes. Si no, no puedes renovar tarjetas bancarias ni el carnet de conducir. Tienes que llevar la denuncia. Si cambias de domicilio, o tienes familia numerosa, te ahorras los 12€ de tasas. Con el DNI y la denuncia puedes conducir hasta que te llegue el nuevo carné, si también lo llevabas.

4. Tarjetas bancarias: renovar, aprovechar para dar de baja las que no utilizabas (y ahorrarte comisiones). Ver si llevaban algún seguro de viaje o de protección de pagos, eso es muy común. El primero te cubre si te han robado en un viaje. Si lo justificas bien, pueden devolverte hasta el valor de otros objetos (si la cartera iba en el bolso o maleta robados, junto con dispositivos, etc). Y el segundo, los pagos que haya podido hacer el ladrón con tu tarjeta, a partir de la denuncia. Por eso es tan importante ponerla sin dilación. 

5. Permiso de conducir.

6. Otros documentos. tarjetas de compras, de restaurantes, abonos de transportes, tarjetas de socio... 

En resumen: primero, evitar que nos roben. Si no ha sido posible, evitar fraudes. Y ya hecho esto, renovar lo que falta. 

Bola extra: Si pillas a un carterista, grita. Así la gente mira, y abortas su "misión". Si ves un robo con violencia, denuncia. Tu testimonio puede ayudar a la Policía en sus investigaciones. Y si te encuentras una cartera u otros objetos de valor como llaves o móviles, intenta encontrar al dueño (puede no tener el móvil bloqueado, o que aparezcan datos de contacto en un documento), o entrégalo en una Comisaría. Esa ayuda no tiene precio.