5. La cesta de la compra

¡Hola, ratillas!

¿Cómo va el día? Seguro que más de uno se está volviendo loco mientras no sabe si comprar ese paquete de bollitos 2 x 1 en el primer lineal del supermercado, especialmente si son las 14:00 y no ha comido. No voy a ser yo la que suelte moralinas alimentarias, aunque no podré evitar que se me vea un poquito el plumero. Me lo vais a perdonar, porque os voy a dar unos tips para que no paguéis de más en productos que no son vuestros favoritos.

Lo barato sale caro. Por favor, no ahorréis a costa de vuestra salud. Ya sé que están muy ricos los bollitos, pero es difícil que sean más baratos que una barra de pan del mismo peso. Y que una lata de fabada es muy cómoda para los no cocinillas, pero habrá que ver cuánto sale en dinero preparar una casera, sin conservantes, en la misma cantidad. Lo procesado, si barato, dos veces malo (mala calidad, y no es lo más sano). Es verdad que con la pandemia, desde que no salimos tanto a comer fuera, se están poniendo por las nubes los precios de los productos frescos, pero en cualquier caso, sigue siendo más económico que comer de restaurante o los precocinados.

Invertir tiempo en nuestra compra nos ahorrará dinero, y ganaremos en salud. Para comprar productos frescos (vegetales, carnes, pescados y huevos), tenemos que investigar muchos sitios cercanos, no solo nuestro supermercado de siempre. Tenemos que mirar si en nuestra zona hay productores cerca (sobre todo, los que no viváis en el centro de una ciudad grande). Si no tenemos la suerte de tener vecinos productores, probamos si hay cerca lonjas y mercados de abastos. El producto siempre será fresco y variado, y pueden bajar los precios de productos que urge vender. Si no es así, ¿quién no tiene un mercado en su barrio? Los precios pueden variar mucho de unos puestos a otros, y las calidades también. Es el paraíso de los que no nos gustan las manzanas enceradas con sabor a corcho del súper. A lo mejor podemos encontrar a 1€ el kg de manzanas más pequeñas y algo feíllas, pero… ¡son para comer, no para Instagram! Y para los que comemos carne y pescado, en los mercados hay mucha más variedad de productos y piezas, así que estamos de suerte si estamos cansados de comer siempre lo mismo.

Por otra parte, seamos conscientes del aquí y el ahora. Parece filosofía, pero hablo de zona y temporada. Los productos de la zona se supone que son más económicos, porque se ahorran gastos de transporte y conservación. Y los de temporada, lo mismo. Independizarse o separarse supone aprenderse el calendario agrícola a todo el que quiera ser un ratilla de pro. Y si no son más baratos, al menos serán mejores. En verano, si te lo curras, no comerás tomates sosos y duros. Muchas veces bajan el precio en los mercados si te llevas una cantidad grande. Si te llevas 3 kg de tomate por una oferta, mira lo que puedes hacer:

Ø  Ponerte de acuerdo con un familiar, amigo o compi de piso para compartirlos

Ø  Hacer varias ensaladas

Ø  Con los más maduros, unos botes de tomate frito que puedes congelar e ir sacando cuando los necesites. Hay muchas recetas en internet.

Ø  La mermelada de tomate está deliciosa con queso

Ø  Los puedes secar, en internet hay muchas técnicas

Ø  También puedes hacer conservas

Ø  Aplicable a todos los vegetales que se te ocurran

En cuanto a carnes y pescados, lo mismo. Siempre saldrá mejor más peso del mismo producto, y luego congelar, cocinado o crudo.

Si no te gustan mucho los platos muy elaborados, estás de suerte. Cuanto más sencilla sea la preparación, menos ingredientes adicionales necesitas. Mejor para tu salud y para tu cuenta, pero hazlo tú mismo. Y si no tienes tiempo, cocina una sola vez, y congela para comer muchas.

En cuanto a productos no frescos, o no perecederos, mira en varios establecimientos y marcas. No tires sin leer los folletos o e-mails de ofertas. Es tan legal ir a la compra un día a la semana como a diario, pero por favor, ¡no cojas tanto el coche para eso! Que te vas a dejar en gasolina lo que te ahorras por ir lejos. Y en cualquier caso, acuérdate de llevar tu bolsita, tu bolsillo y el medio ambiente lo agradecerán. Te recuerdo, una vez más, que los formatos grandes salen más baratos que los pequeños (garrafa de aceite de oliva, leche, café, cacao…)

Si no te mola que se desperdicien alimentos, hay aplicaciones como “Phenix” y “Too good to go”, donde restaurantes, tiendas y productores venden productos cercanos a su fecha de caducidad por un precio bastante reducido, y muchas opciones: platos preparados, productos frescos, bollería, o vegetales. Señala tu ubicación en el mapa, y te muestran los productos disponibles.

Y ya para acabar, si eres un foodie, no me trolees. Te prometo que escribiré otro post sobre restaurantes.

Esto es todo por hoy, ratillas. Espero que hayáis disfrutado el puente, y lo tengáis en cuenta para vuestra próxima compra.

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