17. Esquí para ratillas

¡Hola, amigos! Algunos de vosotros me habéis sacado este tema, y no puedo decir que no. En Me subo el sueldo hay mucha afición al esquí y a la procrastinación, pero hoy ha ganado lo primero. Tengo muchas preguntas para ti, pero las voy a responder yo.

¿Por qué esquías? ¿Por qué te gusta, o por acompañar a otras personas? El esquí es caro, y gastar en lo que no nos gusta nos aleja de ser ratillas de pro. Si te empujan tu pareja o tus hijos, no tienes mucha escapatoria. Pero si un esquiador te produce mariposas en el estómago, pero no su afición, ¡protege tu espacio! Si vas un poco obligado, aquí van unos tips si vas de forma esporádica a probar un día:

Ø  Si puedes, busca una estación donde no cobren forfait a los debutantes, o éste sea más barato. En el Pirineo francés, lo hace Piau-Engaly, por poner un ejemplo. Puedes ir en coche desde España por el túnel de Bielsa, así que alójate en esa zona (Pirineo Aragonés). Si vais varios días y a ti no te convence lo de esquiar, hay muchas cosas que ver por allí, así que puedes cogerte el coche y perderte, sin que te den guerra. En España, en las estaciones pequeñas fuera del Pirineo o Sierra Nevada, el forfait y el alquiler son muy caros para los kilómetros que hay de pistas, pero es el precio que pagamos por quitarnos el “mono”, y poder ir solo un día.

 

Ø  Material: Alquílalo, definitivamente. Para un día, o para un viaje, no merece la pena comprar esquís y bastones/tabla de snowboard, ni botas. Busca sitios por la zona y compara precios, se puede hacer on-line y con antelación. Además de muchas tiendas, hay muchas webs de alquiler.

 

Ø  Ropa: Si es posible, que te la presten. Si tienes familia o amigos aficionados, seguro que tienen un mono que te valga, aunque no sea tendencia. Esto vale para los guantes, el casco y la máscara. Las camisetas térmicas, forros polares, calcetines y mallas se venden en sitios baratos que todos conocemos, y pueden servir para otras actividades que nos gusten más (senderismo, BTT…). El casco protege de golpes (choque con otro esquiador, caída), y los hay baratos. A veces viene incluido con el kit esquís + botas, por si no te lo han prestado. No te lo saltes. La máscara tiene que protegerte bien. El sol en la nieve es mucho más peligroso que en ningún otro sitio, y puede producir daños irreversibles. Tenemos dos ojos para toda la vida. Si no te la prestan, la puedes comprar barata, pero que esté homologada.

 

Ø  No te olvides de usar protección solar alta para la cara, y para los labios. Un envase grande sale más barato que uno pequeño, y luego te servirá para el verano, o para tus acompañantes.

 

Y ahora, vamos con el otro tipo de esquiador: el verdadero aficionado. Ese que si no va a esquiar un año, ese año no ha habido invierno. Y es compatible con ser ratilla. Es el primero que llega cuando abre la estación, y el que huye de las masas en pistas negras. ¿Eres de esos? ¿Y luego quieres veranear? Pues hazme caso, que tú puedes. Vamos a planificar una semana de esquí, cuatro personas (familia, cuatro amigos, etc), mirando el céntimo. Huid de lugares de moda, y haced un presupuesto con estas partidas:

1.       Alojamiento y comidas: A pie de pistas será siempre más caro. Merece la pena si se puede pasar del coche para subir cada día. Esto está bien cuando se va con niños. Pero si no es tu caso, ve a un pueblo cerca, y aprovecha el skibus. Hay sitios donde está incluido en el forfait. Un hotel puede ser más cómodo, pero si lo importante es ahorrar, mejor id a un apartamento con cocina, y comprad, lo más posible, en vuestro supermercado de siempre, y os lo lleváis en el coche si hay sitio. Cerca de las estaciones, todo es más caro. Si se puede reservar el alojamiento con tiempo, puede salir más barato que a última hora, pero también arriesgamos a que no haya nieve, o a que haya ventisca, niebla, u otros villanos meteorológicos. Hay que leer bien las condiciones de cancelación.

 

2.       Forfait: Aquí hay que valorar el dominio esquiable. Entre dos estaciones con precio similar, es mejor escoger la que tenga más kilómetros. En algunas hay descuentos a niños, jubilados o debutantes. También es interesante planificar con tiempo, y evitar la temporada más alta (en España, Navidad). Sale más barato si se compra de varios días de golpe. De hecho, quien tiene la suerte de vivir cerca de una estación, suele comprar un forfait para toda la temporada a principio de año. Algunas estaciones se ponen de acuerdo para vender forfaits conjuntos, que valgan para cualquiera, como Aramón en España, o Peyragudes en el Pirineo francés, por si os cansáis enseguida de la misma estación.

 

3.       Material: Como el forfait, alquilarlo para una semana sale mucho mejor que para un día. El no tener tabla o esquís propios nos libera del mantenimiento, de tener portaesquís en el coche, de facturarlo en el avión, y de que nos ocupe espacio en casa. Pero si vivimos al lado de una estación y tenemos trastero, sí que compensa. Las botas, en este nivel de afición, es mejor tenerlas propias. No son precisamente cómodas, y tienen que adaptarse a nuestra anatomía y estilo de esquí (más rígidas si vamos a destroy). La mejor época para comprar es al final de temporada, hacia marzo. Hay buenas rebajas. Aunque si vais a Andorra, a lo mejor todavía podéis encontrar buenos descuentos, aunque ya están espabilando mucho.

 

4.       Viajes organizados, grupos y clubs: Es lo más cómodo, y puede salir muy bien de precio, solo que ya no tenemos la misma libertad. Todo se puede valorar. No cocinar, no buscar restaurante, forfaits y alquileres a precio de grupo… no tiene precio. Hasta podemos pagarnos unas clases con lo ahorrado, ya que si aseguran llenar un hotel, o vender un número de forfaits, pueden achuchar con el precio. Y no tenemos que conducir, ni gastar gasolina. Eso sí, a lo mejor no vamos a la estación que más nos gusta, y dependemos de horarios.

 

5.       Ropa: Los adultos deben pensar en que les dure unas cuantas temporadas. Las rebajas y los outlets son los mejores aliados. En cuanto a los niños:

a.       Comprar con crecedera está bien, pero sin pasarse. Les tiene que servir.

b.       Si tenéis más de uno, comprad cosas que puedan aprovechar los dos. Los niños crecen muy rápido.

c.       Hablar con la familia y amigos que tengan hijos, seguro que a alguno se le ha quedado pequeño algo que le valga al tuyo… y viceversa. O les pueden prestar algo.

Así, sí se puede. Amigos, a ver si nos liberan antes de que acabe la temporada. Si no, ya para otro año. Si lo hacemos así, podremos hasta hacernos dos viajes, y luego veranear.



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

26. Casa a punto

46. Date un gustazo. ¡Sin remordimiento!

Vacaciones de verano III – Juntos, café para dos