26. Casa a punto

 

¡Hola, ratillas! ¿Ya tenéis vuestro plan para el verano? Seguro que alguno (de pro) ya ha reservado su viaje para septiembre, que caen los precios, y prefiere trabajar julio y agosto, que está todo más tranquilo. Si todo son ventajas: luz y aire acondicionado con cargo a la empresa (si no se teletrabaja). Pero si se hace en remoto, se ahorra gasolina, transportes, alguna comida, cafés... Cualquier opción puede ser buena.

Aparte de todo, el verano es también un buen momento para hacer chapucillas en casa: pintar, cambiar muebles, redecorar, arreglar la cocina o el baño… Si tienes unos días libres y no te apetece ir a una piscina petada, ¡aprovecha! Hazlo tú mismo.

1. Pintar: Un piso de 2 habitaciones en Madrid puede costar más 1.000€ que vengan los pintores. Es verdad que ellos ponen el material, pero tú no te vas a librar de embalar todas tus cosas, tapar todos los muebles, luego deshacerlo, y después limpiar (varias veces, por cierto). 70€ dan para 20 litros de pintura; un rodillo con pértiga costará, en conjunto, unos 20€. Si sois dos, pues 40€. Al final, lo peor es lo de antes y lo de después. Estamos de acuerdo en que lleva tiempo, se trata de ahorrar dinero. Y ponemos otros 40€ entre masilla (Aguaplast), brochas y espátulas. Total: 150€. Con la diferencia (850€), ya da para un señor viaje en temporada baja. Es verdad que se puede hacer en cualquier época del año, pero en verano se seca antes la pintura.


2. Amueblar: A todos nos viene a la cabeza el gigante de muebles low cost, que luego toca montarse uno mismo. Sí, es una opción, pero no es la única. Los centros suelen estar en las afueras. Si no tienes coche, te va a tocar pagar aparte porque te lo lleven. Y si lo tienes, quizá también. A lo mejor no hace falta hacer todo de una tacada, también hay que vivir. Si lo que hay que cambiar (o poner) es la cama, aquí no miraría solo el precio. Puede haber muchas tiendas en tu barrio donde tengas para elegir. Lo más importante es el colchón. Ahí prima la calidad (mejor será comprar uno de 700€ que dure quince años, que uno de 300€ que a los siete tenga el “socavón” que explica tus dolores de espalda al levantarte cada mañana). En cambio, el canapé da más igual, como las mesillas y cómodas. Antes de lo que pensamos, pueden cambiar nuestras necesidades, y dejar de servir algún mueble, pero no la cama justamente. Otra cosa en la que también es mejor no escatimar es el sofá. Al final, cuando estamos en casa y no estamos durmiendo, ¿dónde estamos? Pensemos con la espalda. En cambio, las estanterías o mesas bajas pueden dar más igual.


3. Arreglar el baño o la cocina. Si eres un manitas y se te da bien alicatar, otra partida que ahorras en tu presupuesto, para tu hobby favorito o tu capricho inconfesable. Si no, intenta tener el máximo de control sobre cada partida del presupuesto de lo que te hagan (azulejos, baldosas, sanitarios, mano de obra…) Compara varios centros y presupuestos, porque hay diferencias importantes de unos a otros. Ten claro lo que quieres, y que no te mareen. 


4. Redecorar. Después de tanto tiempo confinados, nos subimos por las paredes. De pronto, nos horrorizan esas cortinas deslucidas por el sol, esa lampara de araña especialista en acumular polvo, o ese mueble que se come medio salón y da claustrofobia. En Wallapop hay todos los días cosas que pueden estar bien. Todos los días hay alguien que se muda, o simplemente se cansa. Aprovéchalo, y será un desperdicio menos, además de un ahorro para tu bolsillo. Esto también vale para familiares y amigos que se quieran deshacer de algo. Estate avizor en tu grupo de Whatsapp.


Bola extra: Hagas lo que hagas, si al final acabas comprando algo nuevo, o contratando la obra, en los centros que visites no faltará el aire acondicionado ni la luz. Y en ese gigante que todos conocemos hay perritos calientes con pepinillo por poco más de 1€, así que puedes hasta echar la tarde gastando lo justo. Eso sí, no te vengas arriba y caigas en todas las tentaciones de su sección “Food”, o habré escrito este post en vano. En otros almacenes parecidos, también es económica la cafetería para comer algo rápido, aprovechando que a mediodía hay menos gente y nos atienden mejor.



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