34. De puente a puente, y "tiro"... porque me lleva la corriente.
¡Hola, ratillas! Ya se ha acabado hasta el veranillo de San Miguel. Nos guste o no, el otoño ya está aquí, con sus tres puentes. Encima nos acaban de liberar del todo. Ya podemos ir adónde queramos, sin restricciones ni aforos. El verano ya se nos ha olvidado, ya estamos de nuevo en la oficina, y queremos desconectar. Qué bien lo saben todos los negocios, empezando por las subidas de la gasolina.
Igual que el aire caliente tiende a subir, las mentes frías tienden a elevarse. Un ratilla de pro tiene muchas ganas de escaparse como todo el mundo, pero con su cerebro calculador, ve desde arriba cómo todos los borregos cogen el coche aprovechando la huelga de transporte, colapsan las carreteras, mientras las gasolineras hacen su agosto. Entretanto, los alojamientos empiezan a escasear o a dispararse de precio. Y los restaurantes igual. Creo que el que se mueva entre este puente y Navidad, va a pagar todo con recargo, y se le va a ir el tiempo en colas.
El turismo vuelve a la normalidad, y nos alegramos, pero no queremos pagar de más por culpa de "la demanda". La demanda somos todos. Tú también, no lo olvides.
Y… ¿qué hacemos? Pues ir a contracorriente. Haciendo bueno, ¿quién quiere ir a cines, museos, exposiciones…? A lo mejor, ahí no tendremos colas, no necesitaremos coche, y romperemos con la rutina. A lo mejor podremos ver el Guernica sin cinco filas de personas delante.
También podemos dejar la escapada para unos días laborables más adelante.
No se trata de no hacer nada, sino de hacerlo cuando no lo haga la mayoría, y de evitar destinos masificados.
Moraleja: la impaciencia mata al ratilla.
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