50. El día del Gordo

¡Hola, ratillas!

Un día como hoy no es el mejor para escribir. No hay quien compita con los niños de San Ildefonso.

Bueno, al menos ya os habéis quitado otro marrón de encima, después de la comida de empresa, amigo invisible incluido. Ya no hay que hacer cola para comprar un décimo. "Alea iacta est", diría la profesora de latín de BUP. Para quien no esté para latinajos, la suerte está echada.

Antes de que nos cierre la cuenta el amigo Zuckerberg, vamos a contaros que no es oro todo lo que reluce en el sorteo del Gordo. 

1. No es el premio más grande el que se da en este sorteo. Sí la recaudación, pero no el primer premio. Esto, para los que solo juegan en Navidad. Lo que sí que es cierto es que luego hay muchos premios, para que nos pongamos contentos y gastemos en más regalos y fiestas. 

2. Hacienda también quiere su parte, y si no se la das, te quita la tuya (y de pleno derecho). Pero no te preocupes, solo es un 20% si ganas más de 40.000€ y por cierto, te lo retienen al cobrar. Si has tenido esa suerte, enhorabuena.

3. El sorteo es ante Notario. Un señor muy serio pagado por todos vigila que todos los números entren en el bombo, y solo una vez cada uno. Y luego firma. Con ello, no hay números agraciados ni malditos. 

4. Tampoco hay administraciones donde haya más probabilidad de ganar. Si en algunas hay muchos premios, todo ha sido pura estadística. Es decir, historia. No condiciona el futuro. 

5. ¿Qué es la probabilidad? Laplace te lo puede contar si eres curioso, pero para lectures de móvil en el transporte, es esta fórmula:
Número de casos favorables/número de casos posibles.
Ésta es la simple. 

6. La Lotería funciona con mucha combinatoria, y luego probabilidad. Ésta, que también puede ser muy compleja liada con la combinatoria (lo que explica el orden de los dígitos en casa décimo, y todas las combinaciones posibles, de las que se extraen tantas favorables como veces que se sacan cinco bolas)

7. Puedes llegar a entender cómo funcionan la combinatoria y la probabilidad, pero nunca podrás hacer nada para que te favorezcan. Comprar más papeletas del mismo número aumenta tu premio si sale, pero no la probabilidad de que salga.

Ratilla, saca tus décimos, pon la tele, y cruza los dedos. Deja que la suerte llame a tu puerta. Y no solo en forma de dinero. 




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